Sin Titulo Tercera Parte
- Voy a intentar sacarte de aquí-
Cristina miro a su rescatador durante un instante y se puso de pie, Lasarte le señalo la puerta principal, cristina le hizo un gesto negativo. Lasarte sopeso sus opciones, la puerta principal descartada, el ascensor también por supuesto, le quedaban las escaleras y la cafetería, opto por las escaleras, probaría a salir por el parking del edificio. Echo un vistazo a la multitud, podía ver la cabeza del rubio, todos miraban la pelea, cogió a Cristina por el brazo y se puso a andar hacia las escaleras con paso rápido. Cristina tropezaba con su único zapato, así que se agacho para quitárselo, habían recorrido la mitad del recorrido hacia las escaleras, cuando la multitud profirió un sonoro "ohhhh" seguida de una algarabía de gritos, risas y aplausos. Lasarte acelero aun mas el paso, cuando enfilaba las escaleras oyó un grito a su espalda.
- ¡Eh tu donde crees que vas! - el segurata moreno, los había visto, su grito había echo girarse a toda la multitud.
- Sera mejor que volváis aquí, mi amigo Santi no se pondrá muy contento si ve que te llevas a su amor. ¿Verdad que no Santi? - el grupo dejo paso al segurata Rubio, Lasarte supuso que seria Santi, este avanzo llevando a Maestre sujeto por la cabeza, esta estaba en un postura rara, seguramente le había partido el cuello. Soltó el cadáver de Maestre, y les señalo, luego se giro y grito.
¡Traédmelos!-
Lasarte, no espero mas y se lanzo escaleras abajo tirando de Cristina, llegaron a la puerta que daba acceso al piso donde se encontraban el almacén de la limpieza, las calderas y algunos depósitos de material, empujo la puerta, detrás suya, decenas de pisadas se mezclaban con gritos casi inhumanos. "Que cojones les pasa"- pensó.
¡Que cojones les pasa!- grito
No lo se, vamonos- grito Cristina, cruzaron la puerta, se encaminaron por un pasillo bastante oscuro, giraron a la derecha y se encontraron otra puerta con el cartelito de parking. En ese momento oyó un grito detrás suya, uno de los tipos había reducido la distancia rápidamente, estaba como a diez metros, otros no estarían mucho mas lejos. Abrió la puerta, y empujo a Cristina al parking, cuando fue a cruzar el tipo que lo perseguía se lanzo a por el, cayo pesadamente al suelo pero logro sujetarle por una pierna, Lasarte tiro con fuerza cerrando la puerta tras de si, se oyeron crujir los huesos de la mano del tipo que lanzo un alarido de dolor, retirándola. Lasarte cerro con fuerza, la puerta, vio una barra de metal en el suelo y su mente se ilumino.
- ¡Dame esa barra , vamos!- le grito a Cristina, Cristina se dio la prisa que pudo con sus pies descalzos, Lasarte paso la barra por el mango de la puerta, y la atranco.
- ¡Espero que esto los detenga un rato! , ¡Vamos!- volvió a agarrar a Cristina de la mano. -¡Espera, ponte esto!- Lasarte se quito la chaqueta y se la paso a Cristina que se la puso sin decir nada. Caminaron hacia la salida del garaje entre las decenas de coches, escuchando los golpes que sus perseguidores daban en la puerta. Tardaron un par de minutos en llegar, Lasarte rezaba cuando asió el tirador de la puerta para abrir.
- ¡Mierda, joder mierda, esta cerrada! - Lasarte se echo las manos a la cabeza. - ¡Como cojones vamos a salir de aquí! - maldijo.
- ¿Porque no miramos en la garita del guardia?- pregunto Cristina, Lasarte la miro , le habría dado un beso, allí debería haber llaves de la puerta.
¡Buena idea, vamos a ver!- nadaron unos metros hasta la garita del guardia, la puerta estaba abierta y sonaba un grupo actual en un pequeño transistor, había una tele, las cámaras de seguridad y algunas otras cosas. Lasarte miro en las paredes haber si encontraba las llaves colgadas en alguna de ellas, no las vio y rebusco en los cajones, vio revistas de coches y revistas porno, boletos de loterías, registros de entradas y salidas, pero ni rastro de las llaves.
¿Perdonen que quieren?- la voz sobresalto a Lasarte, que dio un respingo, su corazón parecía buscar alguna forma de salir por su boca, sus ojos buscaron con miedo la procedencia de la voz. A través de os cristales vio a Diaz, el guardia del garaje, un tipo delgado, con el pelo ralo y un bigote un tanto absurdo, caminaba hacia ellos, lo miro a los ojos, observo su cara y no vio nada normal. Noto como Cristina se pegaba a el con miedo, fue una sensación nada desagradable. Diaz se paro ante la puerta.
¿Que hacen?- pregunto.
- ¡Necesitamos salir de aquí, tiene que abrirnos la puerta del garaje!- Diaz entro en la estancia, pareció sonrojarse ante la simultanea presencia de sus revistar porno y Cristina.
-¡Joder me lo han revuelto todo!- espeto.
- ¡Habanos y podrá poner todo en su sitio otra vez!- le contesto Lasarte. El guardia echo un vistazo a sus cosas, y asintió, les hizo un gesto para que pasasen y salio detrás de ellos. Caminaron un par de pasos.
-¡Hijo de puta!- la voz de Diaz sonaba mas ronca, de su bolsillo había extraído una pequeña navaja, que había clavado en el hombro de Lasarte, este grito dolorido, se giro rápidamente, y golpeo con fuerza a Diaz, le dio tiempo a observar sus ojos, esta vez aparecían inyectados en sangre, su mira era la mirada de un perro rabioso. Diaz cayo al suelo y se dio un golpe en la cabeza, Lasarte se llevo la mano al hombro, noto la sangre caliente, Cristina permanecía quieta. Lasarte una vez mas tiro de ella.
¡Vamos a por mi coche!- corrieron hacia el coche de Lasarte, el A4 se hallaba a unos cien metros, oyeron al guardia maldecir, cuando se giro observo que se ponía trabajosamente de pie y se llevaba una mano a la cabeza. Cuando llegaron al coche volvió a mirar a su perseguidor, estaba a unos 40 metros, abrió el coche.
- !Monta!- le grito a Cristina, el también subió, metió las llaves en el arranque y lo puso en marcha, metió la marcha atrás para sacar el coche de su aparcamiento, enfilo a Diaz que estaba a unos viente metros, metió primera y acelero, las ruedas del coche patinaron y el auto se lanzo hacia delante, Diaz, trato de esquivarlo, pero el coche lo lanzo hacia arriba, Lasarte frenó, y observo por el retrovisor.
-¡Sera hijoputa! - el guardia se levantaba, Lasarte volvió a poner la marcha atrás y a acelerar, esta vez el coche paso por encima del guardia, Lasarte volvió a frenar,observo el cuerpo inerte del guardia durante unos segundos.
-
Espera aquí, voy a ver si tiene las llaves encima- le dijo a Cristina. Bajo del coche y se aproximo al inerte Diaz, pudo ver las marcas de neumáticos en la ropa del mismo, se agacho y rebusco en los bolsillos, se levanto y alzo sonriente un manojo de llaves¡
-Cuidado!- el grito de Cristina le llego demasiado tarde, cuando se giro solo pudo ver algo negro avanzar hacia su rostro, sintió un crujido en la cabeza y luego la oscuridad se adueño de el-
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