Sin Titulo Quinta y Ultima Parte

Cuarta Parte

El ascensor se detuvo en la planta once, Lasarte rezo para que no volviese a aparecer una pared ante sus ojos. Las puertas se abrieron, Lasarte lanzo un largo suspiro, al ver aparecer ante sus ojos los despachos donde había trabajado los últimos tres años, salio rápido del ascensor y enfilo el camino hacia su oficina, no parecía que en aquella planta hubiese habido jaleo. Abrió la puerta de su despacho, le indico a Cristina que pasase y cerro la puerta. Descolgó el teléfono con la esperanza de poder contactar con alguien, el aparato no le devolvió señal.

- No da tono- dijo lacónico dejando caer el auricular.
- ¿Internet?- pregunto Cristina esperanzada. Lasarte la miro y sonrió, encendió su sobremesa y tamborileo nervioso con los dedos sobre la mesa mientras esperaba a que el sistema cargase, en la pantalla apareció el mensaje de bienvenida, tremendamente absurdo en aquel contexto, y la imagen de sus vacaciones en Florencia que le servía de fondo de pantalla, observo el icono de red, tampoco había señal, aun así abrió  el navegador pero este solo le devolvió pantallas de error, frustrado golpeo el monitor con fuerza. En aquel momento las heridas recibidas y el cansancio acumulado hicieron presa en el, se llevo las manos a la cabeza, trato de aguantar las ganas de llorar.
- ¿Que hacemos? - pregunto Cristina, Lasarte la miro, la rabia afloro.
- ¡Y yo que coño se!, ¿Crees que tengo experiencia en este tipo de cosas?, ¡solo soy un jodido contable!, ¡tu haz lo que quieras joder, ya eres mayorcita!- Lasarte lamento el tono y las palabras dichas nada mas terminar de hacerlo, Cristina no le respondio y se sento en la butaca que quedaba libre mirando al vació. Pasaron los minutos y el silencio se hizo pesado, Lasarte trataba de pensar en alguna manera de salir de allí, pero no encontraba ninguna que no supusiese un riesgo, rebusco entre los cajones y encontró un par de chocolatinas, le gustaba el chocolate y solía tener reserva para los días en los que tenia que quedarse tarde a trabajar, puso uno delante de Cristina, esta le agradeció el detalle con un gesto con la cabeza. Abrieron los envoltorios y comieron en silencio.

Cristina termino de masticar y se chupo los dedos, aquel detalle saco a Lasarte de su ensimismamiento, "Esta buena", penso, lo siguiente que penso fue que podia alegrarse de pensar en aquellas cosas en aquellas circunstancias. Cristina se levanto, Lasarte la siguio con los ojos, ella miro por la ventana, luego la abrio y se asomo.

- ¡Ven!- dijo volviéndose .
- ¿Que pasa? - pregunto el levantandose y acercándose a la ventana, Cristina le cedió su sitio y el se asomo, debajo suya pudo ver una docena de coches de policía, había cientos de personas en la calle, distinguía los uniformes azules parapetados tras los coches, dos furgones mas grandes aparecieron, supuso que serian los Geos, deseo que lo fuesen. Comenzo a quitarse la camisa dispuestos a hacerles señales, Cristina sonreía.
- Estamos salv......- la frase fue interrumpida, por otra dicha en tono burlón.
-¿Donde estáis, venir con papa?- decía la voz, Lasarte reacciono rápidamente, y se agacho tras el escritorio tirando de Cristina.
- Quedate aquí- le susurro, el se acerco hacia la puerta, oyó ruido de cristales, suspuso que aquellos locos estarían rompiendo todo, saco la pistola y la miro durante unos segundos, comenzo a oír risas y pasos acercandose y aquella voz repitiendo la misma pregunta.
-¿Donde estaaaais?- el tono burlón lo enfureció, abrió la puerta con fuerza, ante el aparecieron dos tipos, eran los dos tipos que lo habían ido a buscar cuando estaba atado, el descamisado y el del cortafolios.
El segundo lo miro fijamente.
¡Aqui estas!, ven con papa- dijo, el descamisado se carcajeo y ambos comenzaron a andar hacia el. Lasarte levanto la pistola, aquellos dos tipos no parecieron impresionados y dieron otro paso, sonriendo como dos hienas.

- ¡A la mierda!- Lasarte apretó el gatillo, una, dos , tres, hasta siete veces, vio con satisfacción caer a los dos tipos, entre aullidos de dolor, al descamisado le había destrozado la cara con una de las balas, el del cortafolios seguía respirando en el suelo, con el pecho marcado por tres manchas rojas.
- Hijo de puta - acertó a decir, Lasarte se acerco a el, despacio apuntandolo con el arma, el tipo trataba de encontrar su cortafolios en el suelo palpando con las manos sin dejar de insultarlo. Lasarte apunto el arma a la cabeza del tipo, cerro los ojos y disparo, lanzo un suspiro sin abrir los ojos, cuando los abrió solo tuvo tiempo de girarse rápidamente, el segurata moreno había aparecido al final del pasillo con una pistola, Lasarte escucho los tiros, recorrió los tres o cuatro metros que había hasta su despacho a grandes zancadas y se lanzo dentro sintiendo las balas silbar a su alrededor, se aparto del hueco de la puerta.

- ¡No te muevas Cristina, no te muevas!-grito, ella no respondió pero pudo oírla sollozar, pensó en tratar de cerrar la puerta pero eso lo dejaría expuesto a las balas del moreno. Se puso de espaldas al suelo con la pistola levantada apuntando a la puerta.

- ¡ Sal cobarde!- grito el moreno desde fuera.
- ¡ Ven tu si quieres!- le respondió el gritando con voz ronca. Notaba el sabor metálico del miedo en la boca, el sudor recorriendo su cara, su cuello y la palmas de sus manos y el latir desbocado de su corazón. Una tercera voz apareció en escena.
- Ve a por el, me aburro y quiero divertirme - dijo aquella voz, era una voz femenina, la de Ana, aquella estúpida de recepción, al oírla volvió a enfurecerse.

- !Ve a por el me ha dicho puta!. grito ella.
- ¡ Calla joder, tiene una pistola!- le respondió el moreno. Lasarte sonrió para si.
- ¡Puta porque no vienes tu, te daré algo para que no te aburras!- grito Lasarte.
- ¿Vas a dejar que me insulte?, ¡Eres un mierda!- grito ella histérica.
- ¡Que te calles te he dicho joder!, ¡ o te callas o te doy una ostia!- respondió el moreno nervioso, Lasarte comenzo a gritarle puta a la chica, cada vez mas fuerte. Ana continuo reprochandole al moreno su cobardía mientras Lasarte se levantaba, se acerco a la puerta sin dejar de insultarla, el moreno grito por fin.

- ¡Que te calles joder, de una puta vez, zorra de mierda! - Lasarte dio un paso y se situó en el umbral de la puerta, el moreno golpeaba a la chica con la pistola, ella se defienda y añoraba a su agresor. Lasarte apunto y disparo hasta que el cargador quedo vacio, los vio caer juntos en un charco de sangre entremezclada, volvió a sonreír para si, "Estúpidos" .

- Ya puedes salir Cristina- dijo girando la cabeza hacia el despacho, Cristina se levanto y lo miro, echo un vistazo a los cadáveres y luego lo miro a el.
- Gracias- dijo, el no contesto, Cristina miro por la ventana.
- !Han entrado, la policía ha entrado!- grito, luego se acerco a Lasarte, este le tomo la mano y comenzaron desandar el camino hacia los ascensores, saltaron sobre los cadáveres del descamisado, el moreno y los otros, Lasarte recogió la pistola del moreno y tiro la que estaba vacia.

Se metieron en el ascensor, Cristina pulso el botón del bajo.
- Sobre lo que te dije antes.... lo siento, estaba fuera de mi- le dijo Lasarte a Cristina, esta le apretó la mano y sonrió.
- No te preocupes- respondió, observaron los números descender, once, diez, nueve.... ambos anhelaban salir de aquella pesadilla. El ascensor se detuvo al fin, cuando las puertas se abrieron, escucharon multitud de disparos, salieron con precaución sin soltarse las manos. Lasarte se asomo al vestíbulo, este era un caos de policías disparando, hombres muertos, otros corriendo y otros gritando heridos, vio a la policía que aquellos locos habían tomado prisionera horas antes, encañonaba con una pistola a dos de ellos. Los disparos amainaron, Lasarte se quito su camisa y la agito, avanzo un par de pasos para mostrarse.

¡ No disparéis! - grito con todas sus fuerzas. Algunos policías se giraron hacia el, apuntandolo con sus armas, el se agacho para dejar la suya. Se quedo mirando como dos de aquellos uniformados se acercaban a su compañera, esta les sonreía, cuando llegaron a su altura uno de ellos dijo.
- Vaya eres toda una heroína- aquel tono de voz hizo ponerse en guardia a Lasarte, quiso advertir a aquella chica, pero las palabras no salieron de su boca, el policía que había hablado disparo su escopeta contra la mujer y los dos tipos que custodiaba, a su vez aquellos policías que los apuntaban a ellos abrieron fuego.

-¡ Vámonos Cristina-grito, tiro de ella hacia el ascensor.
- ¿Que pasa?- dijo ella sin comprender. El no contesto, "también están locos, infectados o lo que coño sea que le pase a todo el mundo" pensó. Las balas silbaron a su alrededor, Lasarte pulso el piso veintiuno según entraba en el ascensor, disparo a un par de policías mientras las puertas se cerraban, pudo ver a uno contraerse y soltar su arma. Cuando las puertas se cerraron...

- Pablo- susurro Cristina, a Lasarte le resulto bonito oír su nombre en aquel momento, miro a Cristina y luego bajo la mirada hasta donde se posaba la de ella. Vio una mancha roja en su estomago y la sangre fluir por la herida, ella empezo a caer entre sus brazos.

¡ No, no, no, mierda Cristina! se lamento estrechándola contra si.

- ¿Esperabas otra cosa?  y una carcajada siniestra, una vez mas....




FIN


Gracias a todos los que habéis seguido la historia, comentando que os gustaba y que no, gracias a todos los que la leáis en un futuro. Espero que os haya gustado y que os guste.


Jinete Nocturno.

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1 comentarios:

lisara dijo...

no me vuelvo a montar en un ascensor en mi vida.