VLADIMIR Y KATYA. Final.



 Parte 3

Condujo al coche al límite del código de circulación, saltándoselo a veces. Intento templar sus nervios fumando un par de cigarrillos mientras el coche lo iba acercando a su destino. Tres cuartos de horas después, la mansión que su tío poseía a las afueras de Madrid apareció ante sus ojos. Detuvo el coche junto a la puerta. Tomo la pistola, la escondió bajo la chaqueta, en su espalda y bajo del vehículo, delante de la puerta había una garita donde un guardia veía una peli porno, el apareció tan de repente que este no tuvo tiempo a quitarla del monitor del PC.

-Disculpa, Vlad, no te oí llegar. – balbuceo el guarda.
- ¿Así vigilas tú? - respondió el furioso.
- Yo…- intento defenderse el guardia.
- Abre- le corto el secamente.
- Pero su tío debe estar durmiendo- adujo el guardia, temeroso de hacer enfadar al gran jefe.
- ¿Y acaso te crees que vendría aquí a estas horas si no fuera importante?, además seguro que está muy interesado en conocer tus virtudes como guarda. - amenazo Vlad.
- No le diga nada, señor, no volverá a ocurrir. - suplico el guarda.
- Abre de una puta vez o acabaras limpiando de semen las cabinas de algún sex shop- respondió Vlad. Por fin el guarda abrió y el entro en la mansión, tuvo que caminar más de cien metros para llegar a la puerta principal de la casa. Allí encontró dos guardias más que le abrieron la puerta sin hacer preguntas, lo conocían e imaginaron que si había franqueado la verja seria porque el jefe estaría esperándolo. Entro en la inmensa vivienda y subió las enormes escaleras que llevaban a las habitaciones y al salón. Abajo dormía el servicio, los guardias y estaba la cocina.  Tras subir las escaleras, detecto el sonido de una televisión proveniente del salón, abrió la puerta y se encontró a su tío mirando el televisor de frente a él. A su lado una rubia operada de varios sitios y en ropa interior comía palomitas que cogía de un bol. En la esquina más alejada, Karpov el guardaespaldas de más confianza de su tío se mantenía quieto como una estatua. Se preguntó qué pensaría Karpov si supiera que Anatoli estaba muerto, eran grandes amigos, si es que entre aquellos seres podían considerarse amigo a alguien.

- ¡Hola sobrino! ¿Cómo tu por aquí tan tarde? - pregunto su tío- déjanos- prosiguió dando un golpe a la rubia en el muslo. Esta se fue por una puerta lateral sin decir nada. Vlad se acercó y se sentó en un sillón a lado del sofá donde su tío descansaba. Este tomo una copa de whisky con hielo que tenía sobre la mesa y puso los pies sobre la misma.
- Dime Vlad. ¿Qué sucede? –pregunto su tío sin mas preámbulos.
- Preferiría hablarlo en privado, tío, sino te importa.- contesto el.
- Karpov es de mi total confianza. - respondió su tío. Vlad no se amínalo, su mentira consistiría en parte de verdad.
- Esta bien, he pillado a algunos de nuestros hombres robando. - solto Vlada.
- ¿Quiénes? - pregunto su tío sin cambiar el semblante de su cara.
- Anatoli y Pavlov estaban en el ajo seguro, puede que más gente de la zona sur, pero tendría que investigar más. - repuso Vlad.
- ¿Y cómo lo has sabido? - pregunto de nuevo su tío, alargando la mano para coger un cigarro. Lo prendió y espero la respuesta.
- Las cuentas no me cuadraban desde hace algunas semanas, así que decidí acercarme a verlo, a su piso. Los encontré metiendo dinero en una bolsa. Anatoli trato de coger una pistola y he tenido que matarlos. - mintió Vlad.
- ¿A los dos? – pregunto su tío sorprendido. Vlad asintió. - Ves Karpov, te dije que mi sobrino valía, se ha cargado a dos tíos sin pensárselo. – prosiguió su tío. Karpov se acercó dando largas zancadas-
- No me creo que Anatoli te traicionara. – dijo cuándo se situó detrás del sofá.
- ¿No lo crees? - le pregunto su jefe. Karpov negó con la cabeza y deposito su mirada sobre Vlad.
- Yo tampoco- contesto su tío. Antes de que Vlad pudiera moverse, su tío le había puesto una navaja en el cuello y Karpov apuntaba su Desert Eagle su cabeza.
- Puto traidor- dijo su tío, haciéndole un corte en la mejilla con un rápido movimiento. –Pero lo vas a pagar, con creces- le escupió a la cara mientras apartaba la navaja.
- ¡Andrei! - grito su tío acto seguido. Tras el grito, la puerta se abrió y entro Andrei arrastrando a Katia del brazo, detrás iba la Madame. Vlad trato de levantarse, pero Karpov lo golpeo con la culata de la pistola. Un dolor lacerante estallo en su cabeza y noto como su visión se emborronaba. Karpov aprovecho para acercarse y le puso unas esposas de plástico que apretó con fuerza. Cuando logro recuperarse tu tio se habia acercado a Katia.
- Asegúrate de que lo vea. - le ordeno a Karpov, este le levanto la cabeza obligándole a mirar, la sangre corría por su mejilla derecha. Su tío abofeteo a Katia un par de veces y comenzó a arrancarle la ropa. La media hora siguiente fue una tortura para Katia y para él, tanto su tío, como Karpov y Andrei violaron a Katia tanto por delante como por detrás. Hasta la madama ayudo sujetándole los brazos. Vlad intento moverse un par de veces más, pero lo molieron a culatazos, ahora su cara estaba totalmente cubierta de sangre. Al final se desmayó.
Cuando se despertó, noto como unas manos lo sacaban de una furgoneta, llevaba la cara tapada por una capucha. También escucho unos leves gemidos, en seguida supo que venían del cuerpo torturado de Katia. Lo arrastraron y lo pusieron de rodillas, una mano arranco la capucha y pudo ver en la penumbra que los focos de los coches creaban a su derecha a Katia, no lloraba, miraba al frente. El giro la cabeza para mirarla, ella le devolvió la mirada y en ella pudo ver el mismo afecto que había visto cuando eran adolescentes.          

Noto la mano de Katia agarrar las suyas. Logro leer sus labios, “Gracias, Vlad”. Luego todo se apago…



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