Escritos tras Fotografias ( La Chimenea)

El invierno había llegado de golpe, cuando aun pensaba que tenia un semana o dos para cortar algo de leña para esos primeros fríos, estos se habían abatido sobre el valle dejando caer las temperaturas nocturnas mas de diez grados. Así que cuando despertó aquella mañana en su mullida cama cubierto por un par de sabanas supo que tendría que salir a cortar madera y no le apetecía nada. Cuando logro reunir las fuerzas para salir de la cama el frió lo hizo estremecerse. "No debería dormir desnudo" pensó para si mismo aun a sabiendas que lo volvería a hacer cada noche. El placer de sentir las sabanas sobre su piel y cambiar el frió de la cabaña por el calor de las sabanas, prefería el calor humano, de la suave y tersa piel de una mujer pero eso ya se acabo. Alejo ese pensamiento de su cabeza y se vistió deprisa, ropa interior gruesa y un mono de trabajo. Luego se hizo el desayuno, un par de huevos, algo de bacón y café solo con azúcar. Comió mirando por la ventana que daba a la parte baja del valle donde el rió surcaba la tierra en busca de otro rió que a su vez lo llevaría al mar. En menos de diez minutos había dado buena cuenta de la comida. Llevo el plato y la taza al fregadero, que estaba ya medio lleno y se puso a buscar el tabaco de liar, lo encontró en la pequeña mesa que estaba situada al lado del sofá donde por las noches solía tumbarse a leer o escuchar la radio. Se lió uno con la habilidad que da la experiencia, tomo las cerillas de la misma mesa donde había encontrado el tabaco y lo encendió. Dio un par de caladas y suspirando se encamino afuera. Se acerco al cobertizo donde los maderos esperaban, tomo el hacha que descansaba colgada en una de las paredes y se acerco hasta el tocón que le servía para apoyar el resto de leños. Apoyo el hacha en el mismo y comenzó a lanzar los leños desde el cobertizo donde estaban guardados hasta los alrededores del tocón, hizo un calculo aproximado de lo que necesitaría para aquellas noches y cuando estimo que lo había alcanzado paro. Descanso unos instantes resoplando por el esfuerzo. Luego tomo el hacha y comenzó la tarea de partir los leños en dos o mas trozos, según el tamaño de los mismos. El sonido del hacha hacia eco en el valle, ese sonido le traia recuerdos, de tiempos mas felices, en los que una voz femenina le preguntaba si quería algo de beber, o una suave fragancia lo envolvía en un beso cuando el se detenía a tomar aire. Se concentro aun mas en la tarea para alejar los recuerdos de su mente, corto con mas velocidad y mas furia, su cuerpo se empapo de sudor que se volvía vapor debido al frió. El tiempo paso volando y el montón de leña cortada creció con rapidez. En poco mas de una hora había terminado. Apoyo el hacha en el suelo y con la otra mano rebusco en el mono, tuvo suerte, un cigarro olvidado y arrugado encontró en uno de los bolsillos del mono. Se acerco al cobertizo para dejar el hacha en su sitio, cogió unas cerillas que guardaba allí y encendió el cigarro. Lo fumo con tranquilidad y parsimonia, sin mirar nada sin pensar en nada, era lo bueno de hacer ejercicio, agota cuerpo y mente.


Cuando termino el cigarro empezo la tarea de llevar los leños hasta la casa. Tuvo que hacer mas de diez viajes para colocar toda la leña al lado de la chimenea. Luego encendió el calentador y se ducho. Paso el resto del día escribiendo, deteniéndose solo para fumar y comer algo. Cuando la noche envolvió por completo la cabaña decidió parar, encendió la radio y se dispuso a hacer la comida pero antes quiso encender la chimenea. Coloco algo de hierba seca que siempre tenia guardada y un par de leños bien secos y les prendió fuego con un par de cerillas, tuvo suerte y el fuego agarro desde el principio. Acerco las manos para calentarse con el. El olor de la madera quemándose desato sus recuerdos. Recordó las noches sentados ante la chimenea, hablando, riendo, charlando, haciendo el amor envueltos en una manta, estiro la mano y cogió la manta del sofá, la acerco a su nariz, aun olía a ella. Abrazo la manta y lloro sobre ella, de dolor, de impotencia, de rabia, de miedo, de soledad, de amor, lloro hasta que no le quedaron lágrimas, lloro hasta que el fuego se apago como el había apagado el fuego de aquel amor.


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7 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre quedará el recuerdo

JineteNocturno dijo...

Siempre, que mania con no firmar por cierto :)

Ramy dijo...

Disculpa

JineteNocturno dijo...

Disculpada, ( No hay nada mas triste que un recuerdo feliz)

Ramy dijo...

Mejor eso que nada

JineteNocturno dijo...

Cuando eso me empieze a No doler, entonces podré estar de acuerdo contigo.

JineteNocturno dijo...

Me he dado cuenta que los recuerdos nos ponen tristes, inclusos los buenos. Porque al recordar, estamos pensando en algo que se ha ido para siempre.