El Precio de un libro. Cuarta Parte "El Final"


EL Precio de un libro. Cuarta Parte. “El Final”

Al día siguiente de su condena trasladaron a Elfriede al bloque III de celdas de Plötzensee, la antesala de la muerte, el lugar donde los condenados a muerte pasaban sus últimos días de vida. El trato que recibía de los guardias de la prisión empeoro, bien por el hecho de que la sabían condenada a muerte, bien por su comportamiento en el juicio, la golpeaban y solían obligarla a realizar las peores tareas, mientras ellos reían. Elfriede trataba de mantener la compostura y de no darles motivos para que la maltratasen pero aquello les importaba bien poco. Elfriede reflexiono acerca de como unos hombres que seguramente habían sido hombres normales en tiempos de paz, hombres con esposas e hijos podían alcanzar aquel grado de crueldad. Ella misma pensaba constantemente en sus propios hijos, en su esposo y en que habría sido de ellos, el desconocimiento acerca de su suerte era una pesada carga que tenia que llevar.

El 16 de Diciembre Alemania se preparaba para celebrar su cuarta Navidad en guerra.
Si bien los alemanes tenían pocos motivos de celebración. 1943 había sido tan desastroso para ellos como lo había sido 1942, cuando el ejercito alemán en Stalingrado fue rodeado por los rusos y prácticamente aniquilado. El año que llegaba a su fin había traído la derrota total de Alemania en el Norte de África, así mismo la ofensiva que los ejércitos de Hitler había llevado a cabo en Kursk y que se transformo en la batalla de tanques mas grande de la historia había fracasado. Ahora en Rusia los ejércitos alemanes soportando temperaturas de hasta cincuenta grados bajo cero se retiraban bajo el empuje de la maquinaria soviética. Desde el aire la muerte llegaba cada día a Alemania, por el día centenarias de bombarderos americanos dejaban caer sus bombas sobre las principales ciudades del país. Por la noche la RAF, la Real fuerza aérea Británica tomaba el relevo de los americanos. Todos los días sin pausa Alemania recibía su ración de muerte y destrucción. Aun así altos cargos tanto del partido nazi como del ejercito confiaban en la victoria, Alemania aun mantenía su dominio sobre Francia, Bélgica, Holanda, Noruega, Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Grecia y grandes zonas de Rusia.

Esta proximidad de la Navidad deprimía a Elfriede en su celda, el no poder celebrarla con su familia, cantar los tradicionales villancicos germanos en torno al gran árbol, los regalos, la sumían en una profunda depresión. En ese momento no sabia que nunca mas viviría una Navidad como aquella, en realidad nunca mas viviría.

El 16 de Diciembre por la mañana recibió la visita que todo condenado a muerte temía, dos guardias llevaron a un cura a la celda de Elfriede. La aparición del religioso la hizo estremecerse, el cura un hombre mayor, de voz suave y unas finas manos trato de tranquilizarla. Leyó unos pasajes de la biblia que ella no escucho y administro la absolución de sus pecados a una Elfriede en shock. El silencio de ella y su hundimiento abreviaron la visita. El cura comprendió que en aquel momento Elfriede no sentía por Dios mas que un profundo resentimiento.

En el anexo destinado a las ejecuciones, los verdugos se afanaban en comprobar el buen estado de aquellos aparatos de muerte. A un lado una guillotina cuya cuchilla brillaba de forma maligna esperaba al próximo condenado. En el otro un gran cadalso del que pendían cinco cuerdas, recién puestas para evitar cualquier fallo esperaban también.

Las ejecuciones en Plötzensee se realizaban por la tarde. Poco después de la comida, dos de los verdugos aparecieron ante la celda, colocaron las esposas entre las muñecas de Elfriede. Se pusieron uno a cada lado de ella y la condujeron hacia el patio. El mismo cura que la había visitado por la mañana y un oficial de la prisión precedían la triste procesión. Elfriede hubiese caído al suelo de no ser por la férrea sujeción de los guardias. El cerebro le daba vueltas y sentía que las fuerzas le abandonaban. Cuando salio al patio, la luz del sol, que brillaba en lo alto de Berlín daño sus ojos. Los entorno , a través de ellos pudo contemplar un grupo de hombres, unos de civil, de la Gestapo, otros en uniforme nazi, o de la prisión. Strauss fumaba entre ellos, junto a Steiner charlaban con un orondo tipo, vestido con el uniforme pardo del partido nazi. Strauss la miro y sonrió. Aquello alentó a Elfriede a mostrarse valiente, clavo sus ojos en el. A su sonrisa pérfida de satisfacción ella contesto con una mirada desafiante de desprecio.

Llego a los escalones del cadalso, miro hacia abajo para no tropezar con ellos, los guardias la dejaron en manos del verdugo. La puso ante la soga central, ella contemplo la cuerda, marrón, nueva, balanceándose levemente. El verdugo le puso la cuerda en torno a su cuello y se separo de ella. El oficial encargado de la ejecución se encargo de leer la sentencia. Ella permaneció ajena a aquella retahíla de acusaciones falsas, se limito a seguir mirando a Strauss que había borrado la sonrisa de su cara.
El oficial termino de leer con los clásicos por el Führer y por el III Remiche Alemán. El verdugo coloco una capucha negra sobre la cabeza de Elfriede, por su mente pasaron las imágenes de su seres queridos.

En el momento en que el Oficial dio la orden de proceder con la ejecución ella dijo en voz tranquila.

-Pagareis- lo siguiente que se escucho fue la trampilla abrirse y un ruido sordo.


FIN.

ANEXO : PERSONAJES REALES DE LA HISTORIA

Elfriede Scholz, Remark de soltera. Su triste final es lo que he intentado relatar en esta historia.

Erich Maria Remark. Combatió en la Primera Guerra Mundial, traslado sus vivencias en aquella guerra a su libro “Sin Novedad en el Frente”, un libro crudo y realista que se convirtió en poco tiempo en un supervengas o en lo que ahora conocemos por BestSeller. En Alemania fue recibido con división de opiniones, cuando el partido Nazi llego al poder, fue prohibido y sus libros quemados en las famosas hogueras que en 1933 realizaron los estudiantes alemanes. Libros de Encapriche Heine, Bertolt Brecht, Franz Kafka, Karl Marx, Heinrich Mann, Kurt Tucholsky y Carl von Ossietzky también fueron quemados en aquellas celebraciones. El libro publicado en 1929, fue llevado al cine por Lewis Milestone en 1930, gano el oscar a la mejor pelicula y al mejor director. En 1939 a Erich Maria Remark ( En el texto lo nombro también como Erich Maria Remarque, ya que ese eres su seudónimo) le retiraron la ciudadanía alemana. Emigro a EEUU, se codeo con personajes de Hollywood, se le atribuyo un romance con la también emigrante alemana y anti nazi Marlene Dietrich. Su obra es bastante escasa, no llega a una decena de libros.
Se caso tres veces dos con Jeanne Zamboui y la ultima y definitiva con la actriz Paulinne Goddard. Curio en Suiza en 1970.

He leido el libro “Sin novedad en el frente” como diez veces, fue el que me metio el gusanillo de la historia militar. Por eso tras enterarme del tragico final de la hermana de su autor decidi escribir esto, sirva como pequeño Homenaje.

Heinrich Müller, alias Gestapo Muller. El máximo dirigente de la Gestapo y GruppenFührer de las SS, es el único alto cargo de la jerarquía nazi del que se desconoce su destino, son múltiples las teorías acerca de su suerte.

Heinrich Himmler, el segundo de Adolf Hitler en la jerarquía nazi, jefe de las SS, con el ostentoso cargo de ReichsFührer y ministro del interior. Este ultimo cargo le otorgaba el mando supremo sobre la Gestapo y otras organizaciones policiales. El máximo responsable de la muerte de millones de personas, judíos, gitanos, enfermos mentales, homosexuales, opositores políticos, se mareo en la única ejecución que presencio. El 24 de mayo de 1945 trato de huir haciéndose pasar por un soldado raso. Sus captores sospecharon de la perfeccion de los documentos que les presento, Cuando se descubrió quien era, y estaba siendo inspeccionado, mordió una capsula de cianuro que llevaba escondida en una muela y se suicido.

Roland Freisler. La muerte del presidente del tribunal del pueblo alemán fue curiosa. Curio durante un bombardeo, mientras celebraba un juicio. El acusado le había gritado poco antes que “Yo iré al infierno pero tu iras delante de mi”, una bomba americana que callo en el tribunal lo mato. El acusado fue absuelvo por falta de pruebas en un juicio posterior. Freisler fue responsable de condenar a muerta a casi 3000 personas, entre las mas importantes, llevo los juicios de los integrantes del grupo anti nazi “La rosa blanca”,entre ellos Sophie Scholl condenandolos a muerte. Cambien juzgo a muchos de los responsables del atentado de Von Stauffenberg contra Hitler en 1944. Al enterarse de lo que había pasado, otro juez dijo “Ha sido el veredicto del Cielo”.




FOTOS

Primera Parte. La sede de la Gestapo en Berlin.
Segunda Parte. Erna , Elfriede y Erich, los tres hermanos Remark en una fotografia de su infancia.
Tercera Parte. Roland Friesler.
Cuarta Parte. Elfriede Scholz.


Espero que os haya gustado, la verdad es que he puesto mucho ilusion en este pequeño relato.

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3 comentarios:

Chica del espejo dijo...

Sí, me ha encantado. Y como te he dicho he disfrutado leyéndolo porque se nota que tú lo has hecho escribiéndolo.

La historia es triste, pero real... y pagaron. Aunque pagar no le devolvió la vida a todas las personas a las que asesinaron.

Me ha encantado.

Salvo la fecha de la muerte de ella... con todos los días que había, vamos no me jodas. Aunque mirándolo bien, ella defendió sus ideales hasta el último momento y es admirable.

JineteNocturno dijo...

Me alegro.. a ver si reengancho al tal Narko :D

lisara dijo...

Tengo una angustia que no puedo con ella... ha sido genial tu relato.