Inspiracion Experimental.

El sonido del ventilador lo envuelve todo, es curioso como sonidos que pasan desapercibidos durante la mayoría  del día pueden llegar a imponerse al resto. El viejo aparato mueve el aire impregnado de olores, a tabaco, a sexo, a tristeza. La chica se viste deprisa, el hombre observa el proceso mientras fuma su cigarro. La chica se acerca a el y le da un beso en la mejilla, le dedica una sonrisa de despedida, el corresponde con un ademán. Cuando la puerta se cierra el hombre cavila, quizá debería haberle ofrecido un cigarro, hablarle de algo, preguntarle que tal le van las cosas, lo que sea para que se quedase un rato mas, hasta pagarle una hora mas. Enciende un segundo cigarro cuando el primero aun humea en el cenicero, se levanta de la cama y la estira, camina hasta la cocina, abre el frigorífico y lo observa, coge una lata de cerveza, la abre y bebe. Coge dos mas y unos snacks para picar. Deja todo en una mesa, se asegura de tener el tabaco cerca mientras abre el portátil. Comienza a escribir mientras vacía una lata tras otra de cerveza y fuma un cigarro tras otro, el sonido de las teclas comienza a apagarse en mitad de la madrugada.

Por la mañana despierta sobre el teclado, las sienes le martillean y tiene la boca aspera y aun cierto regusto a cerveza, relee varias veces lo escrito, demasiado oscuro, demasiado triste, demasiado real, demasiado el. Pulsa la tecla de borrar con rabia mientras las letras se desvanecen y el sonido del ventilador vuelve a tomar forma.



Observa a su teniente, se quita el casco mientras se lleva una mano a la cabeza, el agotamiento lo golpea como un mazo, apoya su cuerpo en la pared del refugio, las piernas le tiemblan, se deja resbalar lentamente hasta el suelo, allí deja caer su casco. Alguien del equipo medico le hace preguntas ¿estas herido?, ¿te encuentras bien?. El asiente con la cabeza mientras recoge un par de botellas de agua fría que le tienden, bebe con avidez y vierte también algo de liquido por su cuello. Sabe que tiene que levantarse aunque querría quedarse dormido allí mismo, sobre la tierra, durante días a ser posible. Auna fuerzas para hacerlo, busca su fusil y se levanta, al salir, los últimos rayos de sol brillan entre las enormes montañas, por una lado agradece que se vaya, esta harto de ese calor insoportable, por el otro, la noche es mas peligrosa por muy fresca que sea. A su lado pasan dos camilleros al trote, cargan en una camilla a uno de los compañeros heridos aquella mañana, un helicóptero medico acude a por el. Observa todo el proceso apoyado en vehículo que debe llevarlo de vuelta hasta la base. Pasan un par de horas hasta que recibe la orden de partir junto a su unidad, para  esa hora, la mayoría dormitan dentro y fuera de los vehículos, además ya es de noche. El teniente le ordena que se haga cargo de la ametralladora, el maldice entre dientes mientras se sitúa ante el arma. Ya no quiere dormir allí mismo en la tierra, ahora quisiera dormir allá en su casa, entre sabanas limpias, con una almohada mullida y despertarse con la tranquilizadora alarma de un móvil.

btemplates

0 comentarios: