La Historia de Zarco IV Parte Aylith

Zarko abrió los ojos, su cuerpo estaba sumergido en el agua ya tibia de una bañera, cuando su mente se aclaro y se dio cuenta de que se había dormido se maldijo a si mismo, salio del agua rápidamente y busco una toalla con la que secarse. Grito para llamar a su sirviente y le pidió ropa limpia, mientras este se la traía se contemplo en el espejo, se paso los dedos por la cicatriz de su pecho. Tenia muchas otras pero esa destacaba por su tamaño, le bajaba desde el hombro derecho hasta casi la mitad del estomago, como por su color de un rojo intenso. Luego se miro a los ojos recordando...

Salio de su ensimismamiento cuando el sirviente entro con la ropa, se la puso, se ciño el cinturón y colgó la espada de el. Se echo un ultimo vistazo al espejo y se sonrió. Bajo de la ciudadela hasta las calles de la ciudad, la gente que lo conocía le saludaba, el les hacia gestos con la cabeza o con la mano pero no se detuvo con nadie. No tardo en llegar a las caballerizas y pidió un caballo al mozo, no le apetecía mucho cabalgar tras semanas haciéndolo pero tenia prisa. El mozo le acerco un gran caballo bayo, ensillado, el lo monto y se dirigió a la puerta, los guardias lo miraron y le abrieron la puerta, en cuanto cruzo esta, pico espuelas y salio al galope.

El caballo sudaba y jadeaba cuando se planto ante la puerta del prostíbulo que Sara regentaba en las afueras. Un chico de unos diez años se levanto del tocón de madera donde permanecía sentado y fue a ocuparse del caballo, el bajo y llamo a la puerta. La puerta se abrió pasados unos instantes, el entro en la estancia, alumbrada con velas rojas, le costo algo de tiempo adaptar sus ojos a la penumbra y al humo, sus oídos se llenaron de voces, su olfato, de perfume barato, sudor, cerveza derramada y sexo. Camino hacia la barra en busca de Sara, puso una bolsa sobre el mostrador, Sara lo miro con una picara sonrisa y dejo a su vez una llave. Luego se acerco y le susurro la puerta que el buscaba, luego le beso la mejilla y le guiño un ojo.

Zarko ascendió las escaleras sin prestar atención a todas las miradas que le seguían, por las escaleras se cruzo un pareja, el hombre visiblemente borracho lo miro y trato de decir algo pero la prostituta le tapo la boca mientras lo dejaba pasar. Cuando llego al piso de arriba busco la habitación, era la ultima de la izquierda. Metió la llave en la cerradura y abrió la puerta, cruzo el umbral y se quedo mirando a Aylith.
Esta vestía un ligero vestido blanco de tirantes, llevaba el pero suelto todavía algo mojado, señal de que se había bañado. Estaba sentada ante un plato de comida, un asado, y ante una jarra de cerveza, cuando vio a Zarko entrar lo miro fijamente, espero hasta que este cerro la puerta y se puso en pie.

- !Maldito bastardo!- comenzo ¡No pienso ser tu prostituta!, ¡Ni por un momento pienses que te voy a dejar ponerme la mano encima!- Zarko siguió avanzando hacia ella.
-¡No te acerques!- grito ella lanzandole la jarra de cerveza, el la esquivo por los pelos y dio un paso atrás.
- No Aylith, no...- trato de hablar
- Cállate, me trajiste aquí y me dejaste pensar que me matarían y resulta que es para algo peor, eres una rata.-  ella cogió el plato de comida y se lo lanzo, el plato surco el aire dejando un rastro de huesos y carne hasta llegar a la cabeza de Zarko donde se rompió. Zarko se quedo un momento quieto recuperándose del golpe, se toco la sien y se miro la mano llena de sangre.
- ¡Maldita sea! , musito- avalanzandose sobre Aylith , esta recogió el cuchillo de la mesa.
"Tengo que recordare a Sara que a los prisioneros no se les dejan cuchillos" , pensó Zarko mientras se arrinconaba a Aylith, esta se pego a la pared y cuando Zarko se acerco trato de darle una cuchillada, este detuvo el cuchillo en el aire sujetándole la muñeca.
- !Estate quieta de una vez , Aylith!- le grito.
- ¡No voy a dejar que me toques!- le contesto ella. El le arrebato el cuchillo y lo lanzo por la ventana, rápidamente sujeto su otra mano y la empujo contra la pared.
- No voy a tocarte- le dijo en voz mas baja, el observo los ojos de ella, bajo los ojos hasta los pechos de ella que subían y bajaban, fruto de la agitación. Volvió a subir los ojos y le dijo lentamente.
- Tranquilízate, no voy a tocarte.- Zarko se separo lamentando haber tenido que repetir esas palabras. La dejo allí de pie contra la pared y se sentó en una de las sillas, aparentemente mirando al vació. Luego pareció recordar el corte de la cabeza y se levanto, busco en un armario un paño que rajo y se lo puso en la cabeza y volvió a sentarse. Los minutos pasaron y nadie dijo nada, Aylith acabo sentándose en la cama callada mirando al suelo, mientras el se retiraba el paño de tanto en cuanto para comprobar si su herida sangraba, por fin Zarko abrio la boca.

"Hace muchos años cuando yo era un niño y luego un adolescente solía jugar con todos los muchachos del pueblo, recuerdo que durante un tiempo jugaba mucho en el barrio bajo, mis padres me regañaban cada vez que lo hacia pero a mi me encantaban los juegos que allí practicaban e iba una y otra vez. Recuerdo que jugaba mucho con un mucha alto de pelo castaño, era muy fuerte para su edad y me dio buenas tundas a pesar de saber quien era, eso no le acobardaba y eso me gustaba, me trataba como uno mas. Ese chico Olaf se llamaba, acabo mal, demasiado mal, aun recuerdo suplicarle a mi tío que no lo ahorcasen, pero ya era mayor de edad, mi tío era muy duro con los robos a propiedades de la ciudad y no lo perdono, yo creo que aun tampoco le he perdonado. Supongo que ya sabes quien es Olaf.."

Zarko miro en ese instante a Aylith que le miraba con los ojos muy abiertos, esta asintió despacio.

"Olaf tenia una hermana pequeña, una mocosa que siempre andaba molestándonos, una mocosa de enormes ojos verdes y que siempre se reía a grandes carcajadas, a pesar de que le hacíamos bastante perrerías, para ser justos. Años después, encontré a esa niña en un bosque atacándome para robarme o matarme, por suerte me libre de lo hiciese. Ahora ya sabes de que te conozco , ahora ya sabes porque no te entrego a la justicia."

Zarko miro fijamente a Aylith esta permanecía con la cabeza gacha, sin alzar la cabeza esta le pregunto.

-¿Y que quieres de mi?.- Zarko sopeso sus palabras, tratando de no perder a sus impulsos.
- Puedo hacer que retiren los cargos contra ti, puedo buscarte trabajo y alojamiento, incluso puedo devolverte al bosque si lo prefieres, elige- contesto. Ella lo miro por fin.
-¿Solo eso?- cuando pregunto sus ojos verdes relampaguearon. Zarko la miro sin decir palabra.
-¿Nada mas ?- insistió ella.

El se levanto y miro a la puerta, luego miro a Aylith y se le acerco, la levanto de la cama y se aproximo a su cara. Los labios estaban apunto de tocarse, noto su excitación crecer al tenerla cerca, se alejo un poco para mirarse a los ojos.

- El resto me lo tengo que ganar, no esta en mi mano. - tras decir esto se separo y se dirigió hacia la puerta. - Tratare de venir mañana, sino puedo enviare a alguien, si tienes la respuesta dásela y preparare todo . Adiós Aylth.
- Adiós señorito- señorito era del modo que le llamaban los niños del barrio bajo para burlarse de el. -y gracias. El salio por la puerta y Aylith se quedo volvio a quedar en la cama pensativa



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5 comentarios:

Chica del espejo dijo...

¿Y luego?
¿Y luego?
¿Y luego?
¿Y luego?
¿Y luego?

(No sé sí has visto la lamentable película de "Colega donde está mi coche" pero es un fragmento sacado de la misma)

¿Y luegooo?

JineteNocturno dijo...

No conocia la procedencia a pesar de haberlo dicho con tono de retard mas de una vez...y de dos...y... bueno eso.

JineteNocturno dijo...

Y la respuesta a la pregunta es....

ya lo veras.... que ando atascado con una parte.

Chica del espejo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=vrLi9KaQ7vA

Esa es la muestra. Y sí, todos hacemos el retrasado alguna vez haciéndolo (más veces de las que puedo admitir)

No sé como lo verás, pero desatáscate :D

JineteNocturno dijo...

Desatascado.. creo