La Historia de Zarco III Parte El Mensaje.

La noche se echaba cuando Zarko ascendía las escaleras de la ciudadela, antes había dejado al caballo al cuidado de un par de mozos, notando como todas las miradas de la gente se posaban en  el. Cuando llego ante la puerta del salón los guardias se apresuraron a cederle paso. El empujo la pesada puerta y entro en la instancia, todos se giraron hacia el, caballeros y sirvientes, nada mas verlo su Hermano Brunon señor del reino de Agnea se levanto y rugió.

- ¡Llevamos dias esperándote maldito, es la ultima vez que te envió!- la voz resonó en el cuarto.
- El gran señor se digna a volver- susurro Cedric.

Zarko no contesto y tomo asiento en la mesa, como cada noche Brunon se había reunido con sus comandantes, Lothar, jefe de sus ejércitos, Armand, jefe de su guardia personal y Cedric natural de Isetia, otro de los nueve reinos, segundo de los ejércitos del Agnea. Una vez se hubo sentado Zarko cogió una jarra de cerveza y saco un cigarrillo que no tardo en hacer humear. Tras unos instantes clavo sus ojos en los de su hermano y comenzó a hablar.

- Los nueve reinos tendrán paz, el consejo decidió desestimar las peticiones de los dos reinos del sur, los enviados de Artea y Verice no quedaron muy satisfechos pero la votación fue siete a dos, Los enviados del sur han pagado una suma en oro en concepto de indemnización por los daños causados en los reinos por las caravanas de rebeldes. El tío Angus te manda recuerdos y poco mas puedo añadir, la paz continuara.

Brunon se relajo al oír la noticia, Lothar y Armand se miraron pero su aspecto no cambio. Cedric pareció contrariarse.

- Es la tercera vez que dejamos al gran reino del sur irse de rositas ante un ataque de estas características, creo que comenzamos a mostrarnos demasiado débiles, esto puede pasarnos factura. - expuso.

- Los nueve reinos no pueden arriesgarse a una guerra con el sur en estos momentos, por muchos problemas que tenga el reino Asur, con sus diversas facciones, son muy poderosos, aun ganando para nuestra causa a los Asures del este, que todos sabemos que están descontentos con su actual Rey , nos costaría mucha sangre vencerlos y no podemos retirar tropas del oeste, no con la amenaza de Aseth en el oeste.- Intervino Brunon.

Aseth situado a oeste de los nueve reinos, había crecido en las ultimas generaciones, había destruido en sucesivas guerras multitud de pequeños reinos y había acabado con otros dos grandes reinos, Braga y Lorth. El resto de reinos pequeños se unieron, al principio eran once, pero tras un par de rebeliones solo quedaban nueve de ellos, los otros dos habían sido apartados y malvivían desde que perdieron la guerra contra sus antiguos hermano.

- Aun así se podía haber hecho una expedición de castigo contra los rebeldes- prosiguió Cedric.

- Sigue siendo territorio sureño, bajo leyes sureñas Cedric, seria un motivo mas que probable de guerra. - intervino Lothar.

Durante unos instantes el silencio se adueño de la sala, Zarko fumaba y bebía esperando a que su hermano hablase.

- Lothar manda a los novatos a casa, quédate con una leva de veteranos, los tendremos aquí como precaución. Sin embargo mantendremos los turnos de guardia dobles durante un tiempo al menos, díselo a la guardia Armand, en cuanto a ti Zarko quiero hablar contigo a solas, Cedric envía los mensajes que estimes oportunos a nuestros hermanos.

Todos asintieron y se levantaron, tras despedirse salieron a emprender sus tareas.

Brunon miro a su hermano .

- Me alegro de que estés de vuelta, son tiempos difíciles y te necesito aquí a mi lado no perdiendo el tiempo por ahí- comenzó
- Créeme no he perdido el tiempo, hermano - repuso Zarko.
- Ahórrate las estupideces conmigo.- sonrió Brunon.
-Así sera, ¿que piensas de todo esto?- pregunto Zarko.
- No estoy tranquilo, noto algo en el ambiente y no me gusta, creo que habrá problemas. - dijo Brunon en voz mas baja que de costumbre.
- Y tu no te sueles equivocar.... - prosiguió .
- Nunca lo hago, así que necesito que estés atento, ahora puedes irte a la lavar, das asco.-
- Gracias, hermano, tu siempre tan cariñoso-Zarko sonrió y estrecho la mano de su hermano, luego salio de la estancia,mientras que su hermano pedía algo mas de vino y se quedaba cavilando.

Zarko se dirigió a sus aposentos, en su mente se mezclaban la necesidad de un baño, las palabras de su hermano y los ojos de Ailith.

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2 comentarios:

Chica del espejo dijo...

Más, más, más, más, más, más...

JineteNocturno dijo...

Me siento halagado por su notoria necesidad de continuar leyendo mi historia....

No soy Homero, pero para un rato doy el pego :P