Tristes citas de Lunes

Es lunes y tengo mi cita semanal, no tengo claro porque elegí este día de la semana aunque estoy seguro de que mi asco por los domingos influyo para que eligiese el lunes y así tratar el mal sabor de boca que me deja el ultimo día de la semana y ojo no es que no me guste porque el lunes haya que ir a trabajar, nunca me gustaron, quizás es porque es el fin de algo..no se..puede que sea por esa marca roja que los resalta en los almanaques y que te recuerda que tu vida sigue igual..en fin, no es el tema que nos ocupa. De mi casa a mi cita, en coche se tarda como media hora, según el trafico aunque suelo salir cuando cae la noche, en invierno al salir de trabajar, en verano algunas horas mas tarde. Suelo escuchar música durante el camino, de los setenta, algo animado. Un lunes suenan los Zeppelin, otros Deep Purple, los Rolling no, que no me gustan demasiado.

Cuando llego al polígono ya es de noche y comienza la vuelta de rigor. Llega el momento de mirar a las chicas, buscar las nuevas, ver si esta alguna vieja conocida, incluso de mirar si alguna lleva alguna ropa que me atraiga especialmente. Aunque claro esta, ropa llevan poca, vestidos cortos, lencería, ropa de prostituta..vaya. Se dividen por nacionalidades, rumanas, nigerianas, rusas, sudamericanas, cada una tiene su zona y no se mezclan con las otras salvo para discutir. No me gustan las negras, no demasiado así que por esa zona me paro poco, por las demás suelo prestar mas atención. Doy una primera vuelta.para mirarlas a todas, mirar es gratis. Suelo elegir una o dos, la segunda por si cuando voy a por la primera esta se ha ido con otro cliente.

Aquel día me gusto una rusa, morena, buen tipo, buen culo. No le pude ver bien la cara hasta que no me acerque. Pare el coche delante de ella y baje la ventanilla del conductor, ella se acerca balanceándose sobre unos largos tacones, da una calada a un cigarro antes de meter la cabeza por la ventanilla.

- Hola guapo- el saludo internacional de la profesión. Me encanta que me mientan. Le respondo al saludo y le miro la cara, es bonita, pelo largo muy oscuro casi negro y ojos verdes. Ella sonríe, miente, su sonrisa dice una cosa, sus ojos reflejan hastío. Puede mostrarse provocativa, sensual, sonreírte repito, pero los ojos suelen estar mas o menos muertos, según el tiempo que lleve ejerciendo. En la calle siempre es así. Le indico que se suba y negociamos el precio, este varia, según la chica, según la edad, según la duración, según el sitio, según perversiones. Perversiones que no voy a contar aquí, no es el lugar y seguramente ya sea juzgado con dureza por venir a estos sitios y hacer estos negocios. Y desisto tratar de explicar porque voy o dejo de venir, no cambia la sentencia del juicio.

Una vez acordado el juicio conduzco hasta algún camino poco transitado, hay varios rodeando el polígono. Allí se realiza el intercambio, dinero por sexo o por otras cosas, todo tiene su precio. Todo termina con un preservativo mas en el suelo, un vieja de vuelta donde yo suelo hablar poco y a veces si ella es agradable un beso de despedida. Puede que la vuelva a ver, casi seguro que no.

Así son mis citas de los lunes, triste diréis, pues el resto de la semana, no tengo cita. Y el mundo de los solitarios, este mundo,su mundo es triste.









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