Fantasia 4. Cena

Hoy he tenido otra buena idea, pero tengo dos problemas, el primero es que la he tenido demasiado temprano, si bien eso me ha dado tiempo para prepararlo todo, ahora llevo toda la tarde esperando, ansioso, su llegada. El otro problema es que todo depende del estado de animo con el que llegue, ya que si ha tenido un mal día  no creo que me deje llevar a cabo mi idea. Este pensamiento me ronda toda la tarde mientras diferentes partidos de fútbol se suceden en la televisión, no les presto mucha atención, tan solo a ratos, igual que tampoco le presto mucha atención al libro de historia que tengo en las manos, demasiadas cosas a la vez y la cabeza en otro lado.


Hace un par de horas que el día ha dejado paso a la noche, cuando oigo tintinear unas llaves en la puerta, mi corazón se agita al instante, doy un par de caladas al cigarro que por suerte tengo encendido para aplacar los nervios. Oigo como cierra la puerta, como deja las llaves y el abrigo y como se acercan sus pasos en mi busca. Es el momento clave, nada mas verle la cara sabré si podré llevar a cabo mi idea o no. Mi cabeza se gira hacia la puerta y ...¡Si, entra sonriendo!, un buen día en el trabajo, supongo. Se acerca, se agacha y me besa la boca, mientras lo hace le lanzo una mirada al escote. La agarro y la siento en mis piernas, le paso una mano por la cintura y le pregunto por su día  Ella me cuenta a grandes rasgos su día  haciendo un par de comentarios graciosos, mientras tanto yo he metido una de mis manos bajo su ropa y acaricio su espalda. No dejara de asombrarme la suavidad de su piel. Tras esta breve charla, ella se levanta para ducharse y yo me levanto para prepararlo todo. 

Saco dos pares de esposas del armario, me han costado un dinerillo y son de esas con forro de piel, en este caso de color rosa, no tenían de otro color, y el forro vendrá bien para no lastimar su piel. Coloco un extremo de cada juego de esposas en uno de los lados de la cabecera de la cama y voy a la cocina. Allí caliento chocolate en el microondas hasta dejarlo fundido, lo caliento de mas calculando el tiempo que tardara en ducharse. También saco un plato de fresas del frigorífico y nata, menuda cena me voy a pegar.
Llevo las fresas y la nata a la habitación, me quito los zapatos y la sudadera y me quedo en camiseta y vaqueros mientras espero que salga de la ducha.  

Oigo la puerta del baño abrirse y ella aparece en la habitación con un albornoz y una toalla liada a la cabeza.  Se me queda mirando, luego mira la cama y ve las esposas, vuelve a mirarme con gesto de sorpresa. Antes de que pueda decir algo la agarro y en un suspiro le he quitado el albornoz, lo siguiente es tirarla sobre la cama. 

- Cabrón, ¿que haces?- me pregunta.
- Yo creo que esta bastante claro, eres mi cena nena y tengo mucha hambre.- le respondo, mientras coloco una de las esposas en torno a su muñeca. Cojo la segunda, ella se resiste.
- ¡Las dos no!, ademas tengo el pelo mojado me voy a helar- protesta.
- ¡Las dos si!, por otro lado no creo que te congeles pero es un riesgo que pienso correr, por lo demás subiré la calefacción- contesto. Mientras lo hago he logrado encadenarla a la cama, me tomo un momento para subir la calefacción  me situó ante la cama y me pongo a contemplarla. Que la mire, la excita pero la pone nerviosa.

-¿Te vas a quedar mirando?- me pregunta.
- De momento si.- le respondo con una sonrisa.- Separa las piernas- prosigo, ella me mira y duda.
- Separa las piernas.- le repito, ella lo hace y yo observo su sexo, me excito y noto como mi pene crece dentro de mi pantalón.

Me acerco a ella acariciando uno de sus muslos, ella se estremece levemente. Me siento en la cama a su lado y le doy un largo beso en la boca. Acto seguido cojo una de las fresas del plato y se la muestro.

-¿Tienes hambre?- le pregunto, ella asiente y yo acerco el fruto a su boca. Primero rozo sus labios con la el, suavemente.
-Abre la boca- le ordeno, ella la abre y pongo la fresa entre sus dientes.
-Muerde- le vuelvo a ordenar, ella muerde la fresa y miro como algo de liquido cae por de sus labios. Me agacho y lo lamo. Después de hacerlo la miro y veo que se ha excitado, acerco el resto de la fresa y se la doy. 

-Ahora me toca a mi- digo y a cojo otra fresa. Le doy un leve bocado para quitarle un trozo, luego la pongo justo debajo de su cuello, voy deslizando la fresa por su cuerpo de arriba abajo. La fresa va dejando un pequeño rastro que yo voy besando y lamiendo. Paso entre sus pechos, bajo por su estomago hacia su pubis, según voy bajando noto como su respiración se acelera. Hago círculos con la fresa sobre su pubis, justo encima de su sexo, la beso justo allí, ella gime, yo beso y lamo retrasando la llegada a su coño. Levanto la cabeza y la mira, ella me mira, contemplo como su pecho sube y baja agitado, bajo de nuevo la cabeza y rozo su sexo con la fresa, ella gime. Acerco mi lengua y chupo la entrada de su vagina,, oigo el ruido de las esposas, sonrió. Ahora apoyo la fresa contra la entrada y aprieto, esta entra un poco en su interior, me incorporo y me pongo encima suya, acerco la fresa a su boca.

- Muerdela, le ordeno.  Ella lo hace, mientras la miro fijamente, muy excitado. Cuando termina, me mira. Yo muerto el resto de la fresa y me lo como mirándola.

Me levanto y corro a la cocina, cojo el chocolate y vuelvo al cuarto donde ella me espera con ansia. Le enseño el chocolate con una sonrisa. Mojo el dedo en el caliente y liquido dulce, y lo acerco a su boca.

-Chupalo- ella chupa mi dedo, despacio, jugando con su lengua. Mojo una vez mas el dedo y lo paso por sus labios. Tras hacerlo me agacho, le chupo los labios, muerdo su labio inferior y acabo metiendo mi lengua en su boca. 

Cojo de nuevo el bote y esta vez miro sus pechos, dejo caer un poco de chocolate sobre ellos, sus pezones se endurecen notablemente. Juego con ella, voy dando lametones a sus tetas, después de cada lameton la miro sonriendo con malicia. Tras haber limpiado sus pechos, mordisque sus pezones primero suavemente, luego un poco mas fuerte mientras ella gime y se retuerce. Me los meto en la boca, succionando, moviendo mi lengua con ellos dentro. Cuando lo saco de mi boca del rosa pálido acostumbrado han pasado a tener un color mas morado. Para terminar aprieto sus pechos con mis manos mientras la miro.

Me desnudo ante ella, cuando me saco los vaqueros y ve mi polla empalmada, sus ojos brillan.

- Aun no- le digo. Cojo la nata de la mesilla y me sitúo entre sus piernas, ella suspira. Pongo un poco de nata sobre su sexo.

-Mmmm, a por el postre  digo con maldad, antes de comenzar a comerle el coño. Mi lengua recorre todo su sexo de arriba abajo. Separo los labios permitiendo a mi lengua entrar en su interior, ella gime y las esposas se agitan aun mas. Chupo sus labios succionando y mi lengua roza su clítoris una y otra vez.

- Joder..joder- susurra con voz ronca.

Noto que esta apunto de correrse y agarro uno de sus muslos con fuerza y se lo chupo mas rápido, los leves gemidos se hacen mas fuerte cuando este el orgasmo llega entre espasmos, su coño golpea mi rostro mientras se corre.

Le doy un ultimo y profundo lameton antes de ponerme sobre ella, colo mi polla muy cerca de su rostro.

-¿Quieres el postre tu también?- le pregunto.
-Si, joder..- contesta ella.
- Me lo pensare- replico mientras comienzo a masturbarme cerca de su cara, muy despacio. Su boca se abre, con deseo. Esta visión la de su boca entreabierta me pone cachondisimo. Me acerco un poco mas y rozo mi pene contra sus mejillas, lo paso por su barbilla, rodeando su boca. Por fin lo pongo sobre sus labios, cuando ella va a abrir la boca, lo retiro y niego con la cabeza.

- Aun no...-susurro.

Cojo de nuevo la nata y pongo un poco sobre mi glande. La incorporo un poco en la cama poniendole un cojín detrás de la cabeza y me coloco con la polla ante su boca.

- Ábrela  le ordeno. ella abre la boca y yo acerco mi polla a su boca, introduzco mi glande dentro, ella cierra la boca y la acoge entre sus labios. La calidez y humedad de su boca me hace gemir, ella mueve la cabeza hacia delante  y hacia atrás chupandomela. Me succiona y su lengua se mueve en torno a ella, el placer es inmenso.

Cuando estoy muy cachondo le aparto la cabeza y la miro.

-Ahora yo- le digo y se la vuelvo a meter. Ahora el que se mueve soy yo, introduciendo mi pene en su boca, profundamente. Lo hago con fuerza, estoy muy excitado y noto como el orgasmo me viene.

- Me corro, nena- anuncio.
-Córrete- me pide ella.

El placer me inunda en oleadas mientras mi semen llena su boca, cuando yo me detengo ella prosigue chupando mi miembro.

- Para-le suplico, ella hace que no con la cabeza, por fin la deja salir de su boca.
- Quiero que siga dura, quiero que me folles.- dice, poniendo ella la sonrisa maliciosa esta vez. 





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1 comentarios:

lisara dijo...

con la necesidad que yo tengo de chocolate!! estas cosas no se hacen!! (que calores...)