Escritos tras Fotografias (Acantilado)
Cada mañana , caminaba de su casa al acantilado. Se sentaba allí a pesar del frio, el viento y la humedad que acababan por enmarañar sus largos cabellos. El sonido de las olas rompiendo contra la roca la relajaba aunque le hacia sentir aun mas la imperiosa necesidad de huir. Deseaba tener la valentía para tomar una barca y remar lejos de allí, de aquel paraje una vez bello pero ahora inhóspito. Quería buscar algo, un motivo, para vivir, para dejar de sentirse presa entre aquellas cuatro paredes impuestas por otros. Aun así siempre volvía a la casa, a hacer compañía a aquel que no le hacia compañía a ella, a hacer lo que se supone que debía hacer, lo que le habían enseñado, ahogada como las rocas que cubría la marea alta, con la diferencia de que su marea jamas bajaba.
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