Un vistazo furtivo a la derecha, con miedo de ser visto y de ver, sabes que va a doler pero aun así asomas la cabeza. Siempre llega el golpe al estomago, notas que falta el aire, el corazón se acelera y te invade un temor profundo. Y luego buscas la forma de huir de allí, de dejar de ver, de no querer mirar, buscas sonidos que la ahuyenten, sabores que no te la recuerden y algo en que ocupar tus manos, tu cabeza, algo que haga que el cerebro se concentre en otra cosa. Poco a poco logras encontrar una falsa calma, tan leve que un susurro la derrumbaría, te aferras a ella con ansia, con la misma que desearías....demasiado y es triste... estas de nuevo, detrás de la esquina, jugando al escondite con las lagrimas, dando vueltas, giras, giras, giras, vistazo furtivo a la derecha...