Descripcion
Si algo destacaba en su
cara eran sus ojos, dos ojos grandes, almendrados y de color marrón, unos ojos
que podrían ser de lo más común si no fuese por su enorme brillo, su
expresividad y su extraordinaria capacidad para mirar, allá donde otros no ven.
Estaban coronados por unas largas pestañas que hacían del rizador un
instrumento inútil y unas cejas perfiladas que se movían continuamente cuando
hablaba, al compás de su boca. Hablemos de su boca ya que hemos llegado hasta
allí.
Era también una boca
grande, hecha para sonreír y acostumbrada a hacerlo. Cuando lo hacia los pómulos se redondeaban y aparecían unos
dientes blancos perfectamente alineados. Los labios estaban hechos para
besarlos, solía pintárselos de rojo, el labio inferior era bastante grueso y
destilaba un algo sensual difícilmente de explicar, o que no quiero explicar
aquí. Aquellos labios rojos destacaban sobre la piel, que no era excesivamente
clara ni tampoco excesivamente oscura.
La nariz no era no
demasiado grande ni demasiado pequeña, estaba perfectamente proporcionada,
ocupando su sitio en mitad del rostro. Una nariz recta, redondeada, común.
Podría hablar de sus
orejas, pero estas estaban siempre tapadas por su melena castaña, una melena leonada que los entendidos en temas capilares denominarían “un pelo difícil”,
esto le confería un toque de naturalidad. Uno siempre podía pensar que en vez
de venir de trabajar venia de hacer alguna trastada como cuando era más pequeña
y correteaba por las calles de aquel pueblo venido a menos.
1 comentarios:
Felipe... ya vas tardando con el dibujo...
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