El fuego danzaba en la chimenea y proyectaba un cambiante juego de sombras sobre la instancia, en la misma un grupo de hombres discutía en torno a un asado y unas jarras de cerveza. El mas viejo de todos llevaba la voz cantante, su voz retumbaba en las paredes de roca y llenaba toda la habitación, sus ojos de un negro profundo emanaban fuerza y determinación, cubría su cara con una barba canosa a juego con su pelo, en su peto se podía distinguir la figura de un halcón con las alas extendidas. En ese momento se dirigía a un hombre de una altura que superaba en un palmo al del resto de los de la sala, vestía una ligera armadura plateada, una enorme cicatriz bajaba desde su sien hasta su barbilla, el resultado era un rostro feroz, coronado por un pelo muy corto y una barba descuidada.
- Te lo repito, Lothar, los problemas aumentaran, no podemos tener un ejercito movilizado durante dos meses sin hacer nada, la disciplina se evapora y comienzan los problemas. Ya han tenido que encerrar a dos de tus hombres por robo, sin mencionar la vista gorda que estamos haciendo con los casos de embriaguez, ¿quien sabe cuando empezaran a violar? , dime. - el viejo señalaba a su interlocutor con un muslo en la mano.
- Soy consciente de ello y di ordenes a mis capitanes antes de marcharme,mi señor, cuando llegue al campamento reuniré a los hombres y haré algunas advertencias. - replico el de la cicatriz.
- No me llames señor en privado, te lo tengo dicho pedazo de animal, crecí con tu padre.
- Como quieras, Brunon.
- ¿Donde estará mi maldito hermano?- dijo alzando los ojos el viejo.
- Probablemente se habrá enredado en las faldas de alguna mujer- un tercer hombre entro en la conversación, poseía unos ojos pequeños y juntos, ojos de rata le llamaban a su espalda, a pesar de no haberse visto nunca ratas con los ojos azules, su cabello era rubio y era mas bien delgado.
- Cállate Cedric, seguramente haya cogido el camino de las montañas, Zarko tendra un buen motivo para retrasarse.. replico un cuarto hombre, bajo, de complexion fuerte y con un largo pelo marron, lucia una larga barba que tranzaba con adornos.
- Lo defiendes como si de tu doncella se tratase, querido Armand- replico con sorna Cedric.
- Maldito.. - comenzó Armand.
- ¡Callaos!- rugió el viejo . - ¡No quiero estupideces esta noche!- ambos caballeros bajaron la cabeza, mientras que Lothar los miraba reprobadoramente.
- Con su permiso, voy al campamento- dijo este ultimo.
- Ve, y ¡deja las malditas cortesías de una vez!- concedió Brunon, Lothar se despidio con un gesto de cabeza de los otros dos y salio.
- Con su permiso yo también quisiera marcharme- pidió Armand. Brunon lo miro y asintió. Armand se levanto y mientras se alejaba su capa amarilla danzaba en el centro de la misma podía verse una serpiente enroscada en un escudo.
Brunon los miro salir de la estancia, hizo un gesto a uno de los guardias para que trajese mas cerveza. Miro a Cedric y dijo.
- La guerra es mala, pero esperarla es insoportable- Cedric permaneció en silencio.
A las afueras de la ciudad amurallada, coronada por un pequeño castillo cientos de soldados acampaban en tiendas, charlaban en torno a hogueras, bromeaban, cantaban, jugaban.. En una de aquellas tiendas un hombre vestido solo con pantalón y botas tallaba una figura en un trozo de madera mientras sonreía mirando a las otras dos personas que se encontraban alli.
- ¿Tiene que mirarnos?- dijo una voz femenina.
- Oye muchacha, es mi tienda y si te pillan aquí me buscare un lió asi que no me digas donde mirar o no, ademas estáis tan acaramelados que es imposible no pararse a mirar y contemplar tal demostración de amor. dijo señalando a la muchacha, mientras el otro hombre se carcajeaba.
- No te lo tomes a mal Nuskah, es cierto que si nos pillan sera Markus el que se meta en un lió, ademas es mi mejor amigo. dijo el otro hombre, joven y apuesto mientras sonreía.
- Ves ¿niña? lo que yo decía. - dijo Markus.
-No soy ninguna niña-
¿Que edad tienes?-
-Casi diecisiete-
- Ves ¿lo que yo decía?- repitió Markus. Nuskah frunció el entrecejo y miro a Markus visiblemente enojada.
- !Dile algo Thomas, me ha llamado niña!- apremio ella
- Bueno no le falta razón, pero eres mi niña- dijo Thomas besándola. Los azules ojos de Nuskah se dulcificaron.
- Esta bien suficiente, acostaros, una frase mas ese estilo y me clavare el cuchillo- dijo Thomas. Y una cosa os digo si escucho algun ruido raro esta noche, os saco de la tienda a patadas.
- Tranquilo Markus, dormiremos como niños- dijo Thoma mirando a Nuskah, esta le lanzo un puñetazo al hombro, y este la cogió y la tumbo a su lado en la tienda, mientras bajaba, Nuskah le saco la lengua a Markus, este respondía de la misma manera.
Markus trabajo un rato mas en la talla, luego soplo las velas y se acostó.
El campamento fue poco a poco perdiendo actividad, solo se oían los pasos de los guardias, los ladridos de los perros y un coro de ronquidos.